Había tenido la suerte de no encontrarse con su patrona en la escalera. En cuanto a la patrona, que le había alquilado el cuarto con servicio y pensión, ocupaba un departamento del piso de abajo; de modo que nuestro joven, cada vez que salía, se veía obligado a pasar por delante de la puerta de la cocina, que daba a la escalera y estaba casi siempre abierta de par en par. En esos momentos experimentaba invariablemente una sensación ingrata de vago temor, que le humillaba y daba a su semblante una expresión sombría. Debía una cantidad considerable a la patrona y por eso temía encontrarse con ella.
No, pero sí me gusta fingir que no nos conocemos. Me gusta grabar pero prefiero hacerlo practicando, dando enseñanzas y recibiéndolo. Siempre he fantaseado con ello pero nunca he tenido el valor de hacerlo. Sí, soy de aquí te pillo, que te la endiño, bares, vestidores, parques con poca luz, me encanta hacerlo en cualquier sitio inesperado. Porque si es de uno, seguimos hasta el siguiente Apartaría la mirada, no me gusta abusar la intimidad de los otros.
La ojeada es. Bastante eficiente para seducir y vamos darte algunas técnicas para que consigas a la madama que deseas. Debes avistar siempre. Al frente y a su guedeja, jamás directamente a los luceros. El ósculo presencial.