Conclusión El origen del miedo al rechazo Durante gran parte de mi vida, esto es lo que me sucedía cada vez que salía y veía alguien que me gustaba: En la mayoría de las ocasiones, tenía tanto miedo a que me rechazara que ni siquiera intentaba hablar con ella. Y así regresaba a casa noche tras noche. Si me atrevía a presentarme, al cabo de 5 minutos ya no sabía que decir. Entonces ella se excusaba y decía que tenía que marchar. Cuando se lo pedía, en la mitad de las ocasiones no me lo daban. Y en la otra mitad no me respondían las llamadas. Prefieres no arriesgar tu autoestima y quedarte con la duda de lo que hubiera pasado, a correr el riesgo de llevarte un rechazo. Porque sería la confirmación de que no eres tan atractivo ni interesante como tu ego te quiere hacer pensar.
El final de mis noches comenzaron a parecerse bastante a esto. Soy un party animal y a mucha decencia. Aunque no necesariamente por ese orden. Celebrar sí, pero con moderación ñaño. Recuerdo perfectamente el día en el que noté que algo no iba bien. Era un viernes de una calurosa noche de verano. Tras cenar y tomar unos cócteles, mis amigas y yo decidimos poner rumbo a la discoteca de la que todo el mundo hablaba. Tras esperar 20 minutos en la cola, entramos en el local. Expectantes y deseosos por saber si podríamos hacernos con ella.
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez.
Los colegas se sienten despreciados como calcetines sucios y hasta el segurata de la discoteca de turno pregunta si te ha pasado algo. Dos redactores de Código Nuevo se plantean levante tema-crucial-de-nuestra-generación desde ambos puntos de aspecto. Ellos: Los temidos cuernos Hay mujeres que se piensan que si salimos de fiesta vamos a tirarnos a otra sí o sí, o que si nos cogemos un pedo del 27 el del 15 se me queda corto nos vamos a enterrar de todo lo que sentimos por la otra persona. Os aseguro que de eso no nos olvidamos. Ellas: Llevar un cartel en la fachada La que tiene novio y sale de fiesta, sabe como manejarse para ser fiel sin tener que anatomía como los veganos que si no dicen que lo son durante 5 minutos, explotan. Si tiene que estar recordando constantemente que tiene novio, una de dos: o no sale jamás y tiene miedo de toda cosa viviente que se le acerque, o le ha costado tanto encontrar galán, que se recrea.
Comparte Varias apreciaciones sobre las fiestas y los festivales. Las frases sobre la fiesta son interesantes reflexiones sobre esa clase de eventos en los que justamente lo que prima es la irracionalidad. A lo largo de la historia, han sodo muchos los penssadores y personajes famosos que han cubo sus ideas al respecto de levante tema: Shakespeare, Gabrielle Chanel, Bunbury Sin embargo, no todo lo festivo déficit estar asociado estrictamente con esas juergas de embriaguez o noches de discoteca hasta el alba. Algunos autores y pensadores tienen un concepto bien aparte de la fiesta, y eso les ha hecho poner sobre la banco interesantes reflexiones acerca de este guión.