Damos nuestra bienvenida a los hermanos que han sido sostenidos esta mañana como miembros de los Quórumes de los Setenta. Son hombres de gran fe y devoción que poseen una amplia experiencia en el liderazgo de la Iglesia. Su llamamiento refleja el crecimiento continuo de la Iglesia en todo el mundo. Moisés estaba preocupado porque no sabia si su pueblo estaba capacitado para enfrentar ese cambio abrupto que estaban por iniciar. A través de las dispensaciones del evangelio, otros Profetas demostraron tener la misma preocupación que Moisés con respecto a su pueblo. Daría la impresión de que uno de los efectos paralelos inevitables que se presentan cuando la gente aplica los principios del evangelio en su vida es que mejoran en el aspecto material. Esto no quiere decir que el derecho o la esperanza de todo el que acepte el Evangelio de Jesucristo deba ser. No obstante, el Señor ha dejado bien en claro que cuando Su pueblo es obediente, El desea bendecirlo con lo necesario y las comodidades de la vida para que nadie tenga necesidades. La historia pone de manifiesto que la abundancia con la cual el Señor bendice a Su pueblo es una de las pruebas mas grandes.
Un día, estando libre de su ocupación, amarró su bote lejos en lo alto de la catarata y se acostó para descansar pensando que había amarrado el bote muy bien. Se quedó dormido, pero con el constante vaivén se soltó con su arrendatario inconsciente y principió a deslizarse en la corriente. El bote se paró por un momento en la saliente de una roca en la centro de la corriente. Con el acción de las aguas, el bote pasó la roca hacia las cataratas. El hombre despertó al ruido estrepitoso de la gran catarata cuando ésta arrojaba su caudal. Solo al pensarlo, tiembla uno. Después de haberlo gastado todo sobrevino una fuerte hambre en aquella tierra, y comenzó a sentir apremio. Fue y se puso a depender a un ciudadano de aquella gleba que le mandó a apacentar puercos.
Pues no te vengo a decir cómo debes orar, ni mucho menos lo que debes orar, simplemente te diré por qué te cuesta orar. Y te lo digo porque seguramente a mí me pasó lo mismo que a ti, y te diré como entendí unos pequeños detalles que cambiaron mi vida de oración. La bendición es vital y muy importante. Son detalles que ignoramos diariamente que obstaculizan un conversar con Dios.
Me he conseguido ropa de la edad y me he acercado con un puñado de ovejas entrenadas a un grupo de pastores que guardan las vigilias de la noche sobre su rebaño. Ellos me reciben con alegría y se toman su tiempo para aconsejarme sobre los mejores prados que se puede conseguir poco lejos de Jerusalén. De pronto el momento llega y todo comienza tan bíblicamente óptimo que es maravilloso poder saber los sucesos. Nos miramos y comenzamos a correr, los animales nos siguen instintivamente y estamos yendo a toda acrofobia hacia Belén. Hay una fuerte luz iluminando un pequeño y abandonado boyera, los pastores no creen que el mesías pueda estar allí, pero yo marcho hacia aquel lugar sin detenerme.
Una amiga expresa este sufrimiento como escozor del alma, cuestión que no entendía pero ahora si lo viví y no hay palabras para ser expresado, solo hay que vivirlo. También muchos hemos estado enojados con Dios por haber permitido que tal o cual cosa nos haya ocurrido; otros han querido torcer la Voluntad Del Artífice pasando por alto Sus Mandamientos. Es la llamada noche oscura. Quién no ha dicho en alguna oportunidad: Siento en este instante que mi biografía es como un mar agitado en tempestad, y tengo miedo. Ha llegado a mi alma la aflicción en una forma inesperada y siento que he caído en un abismo eterno y oscuro que me aleja de mis sueños; veo mi mañana oscuro, no encuentro la salida. Y mi cuerpo permanece como inerte pues no sabe a qué voz seguir, me siento paralizado.