Expresar habilidad para hacer algo 2. Expresar habilidad para hacer algo C1 No hay quien me gane. No hay quien me gane al ajedrez. No hay quien te gane contando chistes.
Vamos a salir y a informarnos perfectamente de este triste desastre. Sea la causa cualquiera, el inevitable efecto es una calamidad El Sr. Habiendo escuchado el joven atentamente las persuasivas palabras de su amigo, comenzó a moderar su ardor y a saber que las exhortaciones hechas no tendían sino a buen fin, disponiéndose, por lo tanto, a asistir a todas las concurrencias y festines de la ciudad, sin conservar preferencia determinada por ninguna dama. Y pensado que lo hubo, lo puso en planta por dos o tres meses consecutivos, creyendo de este modo extinguir las chispas de su antigua llama. Y como los Capuletos, bien por su propia respetabilidad o por consideración a las personas que les rodeaban, disimulando su odio, no le hiciesen reproche de especie alguna, Romeo, que a su sabor podía contemplar a las damas todas, lo hizo con tan cumplida gracia, que no quedó una sola que no recibiera placer de verlo allí. En tal disposición de afectividad, los dos amantes, en cuyas almas ya había la pasión abierto una ancha brecha, buscaban con ansia la ocasión de reunirse y platicar juntos, lo cual les ofreció la propicia fortuna; pues viendo Romeo que Julieta había sido invitada al baile de La Antorcha , en el que por cierto sobrepujó a todas las jóvenes de Verona, calculó el abacería en que debía quedar, y tomó tan bien sus medidas que a la conclusión, vuelta Julieta al punto de que había partido, se encontró sentada entre el mancebo y otro llamado Mercucio , cortesano muy elegido y bien recibido de todos, a causa de sus chistes y galanteos, y sobre todo, atrevido con las vírgenes como un león con las ovejas. Es todo lo que al presente puedo manifestaros, suplicando que ello os baste hasta que una ocasión propicia nos proporcione la dicha de hablar privadamente. Viéndose, pues, obligado Romeo a partir con sus compañeros, sin saber de qué medio valerse para tornar al lado de la que era su vida y su asesinato, ignorando hasta su nombre, inquirió de un amigo y por él supo que la joven era hija de Capuleto, el señor de la apartamento en que había tenido lugar el festín.
Así podremos juzgar de lo que entre ambos pase, y en las acciones y palabras del Príncipe conoceremos si es pasión de amor el achaque de que adolece. Entonces yo debería esperar que tus prendas amables pudieran para vuestra mutua felicidad restituirle su salud perdida. Si Vuestra Majestad gusta, podemos ya ocultarnos. Morir es dormir.
Suelen figurarse. Y amor. Afectivo, antiguamente de. Mallorca agenciárselas mujeres y hacerla lamentar, y el Yahvé, tiene anécdota por todo lo que la biografía amorosa.